GREGORIO VIGIL

ULISES GONZÁLEZ (1963) / ACERCA DE ESTOS MISTERIOS ENCONTRÉ PASIONES INTENSAS
Debemos dar por obvio que la mirada del artista es la propia construcción plástica. Pero, no nos equivoquemos, ha de ser honda, tal como pregonaba Dubuffet:
“¡Cavad! El mundo está formado de capas, es un pastel de hojaldre. ¡Probadlo en hondura, sin ir más lejos de vuestros pies, y veréis!
Sin embargo, ULISES, el artista cubano residente en Jalisco, lanza una llama que incendia todo cuanto arrolla. Hace de la pasión un lenguaje y lo encubre con el misterio de una impronta en expansión, que filtre en el hervor cromático la serenidad del dibujo.
Se asegura que solamente hay belleza en la búsquedad de la verdad. Apaga y vámonos, me susurra él mismo. Mi verdad está en la carne, la nocturnidad, el frenesí, el erotismo, el amor y la alevosía. No tendría perdón si no fuese así. El arte le ha pedido siempre, me aclara, ese relato, una historia de fuerza y emoción, de plasmar lo que cada día se desata y grita.
Por eso es que las manchas de sangre o el carmesí en flor colorean una superficie con arañazos y en la que nadan esporas o corpúsculos que dan su última conformación al hecho pictórico. ¿Cabe más eficiencia que ese contraste que anuda lo hecho con lo deshecho? Un corazón negro vomita un pañuelo rojo, ese rojo que el artista convierte en un vocabulario desesperado que no desdeña intercambiarse con la demacración, con una blancura que no aspira a la reencarnación y sí a la angustia.
Y por ello es que la cruz, como espejo metafórico, aparezca astillada y con esparadrapos, a la que nos asomamos con más deseos que ansias de encuentros. Y los capullos -O´Keeffe nos habló de ellos- sean entes colgados de esa plasticidad apasionada que cubre la certidumbre de ser la sendas de unos trazos o la del propio destino, forma de la plenitud carnal de unos colores que al mismo tiempo que designan proclaman.
Obra que reflexiona, una vez que se ha quitado de encima el gesto y el sudor, sobre lo que es o no la culminación de un proyecto, cuya continuación estará en ese futuro que le aguarda compartiéndolo con el destino.
Se dice que Pollock, en ataque de rabia, arrojó un libro que trataba sobre Picasso, gritando:
“¡Maldita sea, este tipo no se ha dejado nada!” ¿Qué fue de ese libro?
 
 
Por Gregorio Vigil-Escalera Alonso, miembro de la AECA (Asociación Española de Críticos de Arte). 2012.
 
 
ULISES GONZÁLEZ (1963) / I FOUND INTENSE PASSIONS WITHIN THESE MYSTERIES
It is a given that the artist interpretation is the plastic construction. However, we must not forget it must be deep, just as Dubuffet said: “Dig, go deep! The world is composed by layers, just like a pie, taste in deep detail what you have near and you will see how great this is!”
ULISES, the cuban artist living in Jalisco, lightens up an intense flame that fires all that it touches. He converts passion into a language that adds up mystery and transforms the serenity of his masterpieces.
People assure that true beauty is found in the seek for truth. This artirst whispers to me that truth is in flesh, in the night, in erotism, love and premeditation. I couldn´t think it any other way. Art has always been for me a story of art and passion, molding daily emotions and representing this in works that remind us and shout this to us. That is why the blood stains or the flower´s crimson color a surface and flow on it forming pictoric art. Creating a contrast between what´s finished and unfinished, a black heart throws up a red scarf, and that red is the one that this artist transforms into a special language, using also a white mist that does not aim to rencarnation but it does to desperation. And that is why the cross used as a methaphor, looks so worn, and invites us to find desire and passionate encounters. And the buds, as O´Keeffe mentions frequently, are hanging elements of this vivid art which traces make the colors perfect interaction in form of flesh.
This work makes us think, once you have passed through the sweat and gesture, about what is the real culmination of a proyect and its interaction with destiny. It is said that Pollock, on a rage attack, threw a book about Picasso, yelling “ Damn it, this man took it all!”. Where did that book ended?
 
 
By Gregorio Vigil-Escalera Alonso, member of the AECA (Spanish Association of Art Critics). 2012